La modificación del arte

Antoine Bursak prepara el stand en donde va a exponer parte de su obra. El producto estrella es una caja de madera arcaica de la que ha caído una astilla como metáfora del paso del tiempo. Se titula LA EROSIÓN y cuesta unos cinco mil euros. Se siente orgulloso mientras observa la caja desde lejos. Han sido muchas horas de trabajo y reflexión. El fragmento desprendido, la pérdida, los golpes, las cicatrices, el declinar del cuerpo, el pequeño detalle sin el cual el conjunto es de otro modo o queda cojo. Observa la astilla y decide qué posición debe ocupar. La flecha que indica el camino del sol, de oriente a occidente, amanecer y ocaso, luz y oscuridad. Todo está preparado. Los posibles compradores llegarán en apenas una hora y decide ir a tomar un café y un cigarrillo. Minutos después se va acercando con prisas el empleado de la limpieza. Todo debe estar perfecto. El jefe ha ordenado que los setecientos metros cuadrados de moqueta deben quedar sin una mota de polvo, sin una astilla, sin las hojas caídas de las suelas de los zapatos, sin las furtivas colillas. Aspira y aspira mientras se angustia porque no todo quedará limpio a tiempo. Teme la reprimenda.

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3 respuestas to “La modificación del arte”

  1. sergio Says:

    Qué estampa…jajajajajaja….grotesco. El pobre limpiador tal vez haya mejorado la obra.

  2. fanou Says:

    oh! el harte…

  3. micromios Says:

    El maravilloso mundo del arte encerrado en una astilla y el limiador no se dio cuenta. O si?
    Saludos

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