Semper Servus

Venga usted. Siéntese conmigo. Tomemos una copa juntos. Puedo contarle que soy padre de dos niñas y dos niños. Dos parejitas de ángeles nacidos de una maravillosa mujer que hace unas empanadas y unas croquetas que enamoran el paladar. A cambio puede contarme el número de su descendencia y la especialidad culinaria de su esposa. Si es soltero puede utilizar mi hombro y desahogar sus desamores o por el contrario indicarme donde corre sus juergas y si es de esos que pican sin caer en la telaraña del matrimonio. Yo puede contarle que en mis largos viajes suelo bajar a los bares de los hoteles e intentar entablar conversación con las mujeres que parecen estar solas. En ocasiones, cuando parece que no se puede picar nada, me acerco a alguno de los mozos y le pregunto cuál es la mejor casa de la contorná. A todo esto, ¿qué prefiere beber? Yo me decanto por el whisky con hielo y alguna ocasional cerveza. Las bebidas blancas me hacen agresivo los días de resaca y he prometido a mi mujer no volverlas a beber. No obstante, no voy a juzgarle si usted prefiere los alcoholes aromatizados o se mete entre pecho y espalda un chupito vodka cada diez minutos. Lo cierto es que el alcohol es para relajar y tutearnos. También puedo enseñarte las fotos de mis niños y decirte que la más pequeña ya toca el piano. Aunque debo confesarte que con un dedo y sin ser capaz de articular melodía. En verdad amigo mío, lo golpea sin compasión. Pero, amigo mío, la normalidad en mis hijos se convierte en un estado de excepción, en algo fuera de lo común. ¿No tienes la misma sensación? No tengas miedo en decirme que tus hijos son más bien normalitos. Que en casa lo que hay es un futuro obrero y no un Einstein. A lo mejor con suerte estudia y se hace director de banco de barrio. Ya sabes que muy pocos pueden decir que su hijo es futbolista profesional. No obstante, son nuestros hijos y se nos aparecen excepcionales. Amigo mío, es ésta excepcionalidad la que nos hace luchar por ellos. A todo esto, ¿qué haces para que todos los días tus niños tengan el cacho de pan sobre la mesa? Tus manos no son rudas ni desgastadas y todo me hace pensar que trabajas detrás de una mesa. No tengas miedo en decirme que piensas de tu trabajo de mierda, quitando la mierda o copiando datos que no entiendes y en donde el puto supervisor solo piensa en ascender haciendo cumplir sin complacencias los protocolos de comportamiento y vestimenta, y que tú llevas este mes ocho faltas. Entiendo que el vodka favorezca la expulsión de esas pequeñas motitas de mierda que se sedimentan en tu piel. A cambio yo he de decirte que mis parejitas tienen el cacho de pan sobre la mesa y un mercedes para llevarlas a las montañas. Puedo considerarme satisfecho de mi trabajo porque, si he de decirte la verdad, me pagan por conversar. Así como ahora. El problema que encuentro es que a veces no se discernir si me encuentro en mi tiempo libre o estoy trabajando. Lo cierto es que nuestro lema es Semper Servus. Primeras palabras al despertar y lo primero que nos enseñaron en la academia. El caso es, amigo mío, que vivo en un permanente estado de excepción. Lo cual no me disgusta. Es más, me permite pasar con naturalidad de un aparente estado de ocio a un efectivo estado de servicio. En nuestro caso, amigo mío, debo confesarte que entre mis deberes está en poner bajo custodia a todo aquel que se queje del trabajo con disposición a la ley de seguridad ciudadana. Custodia que se hará efectiva en el Centro de extracción de información por un mínimo de cuarenta y ocho horas y un máximo indefinido. En nuestro caso, amigo mío, no debe parecerte extraño que el vodka y los whiskys ya no sostengan el tuteo. Por lo que debo advertirle que no toleraré discusión alguna ni resistencia, y que me es lícito acabar con su vida si se decide a intentar escapar. Le recomiendo que asimile cuanto antes que usted ahora me pertenece. Así que si es tan amable de acompañarme.

Etiquetas: , , , , ,

2 respuestas to “Semper Servus”

  1. micromios Says:

    No sé qué decir, mejor me callo por si acaso.
    Salut

  2. pura maria garcia Says:

    genial!
    Un abrazo derivado

Deja un comentario