“El Ser perfecto, en virtud de su perfección misma, debe crear el mejor de los mundos posibles”
Leibniz
El anuncio resalta a varias jovencitas en bañador rojo dando saltos en una playa tropical. FRESH. Refresco de naranja que ahora paladea, sentado en una terraza de verano, observando el deambular de los bañistas en una playa superpoblada, con sombrillas y toallas, bañadores, bikinis, pareos, músculos y grasas, sin lugares de sombras y enfocada por un Sol rabioso que promete carnes rojas y quemadas. Tiene que soportar las miradas de espera de una familia de cuatro miembros más perro inquieto, ya que tienen asignada esa misma mesa. Pero él se toma su tiempo para acabar el refresco, admirado por el bullicio mezclado con brisa y un horizonte de petroleros lejanos, que van dejando manchas dispersas sobre las olas, como en una invasión silenciosa. El anuncio resalta un culito estrecho y juvenil tapado por un mínimo short rosa que sugiere, junto al principio explicito de las nalgas, una carne turgente que se puede cubrir con las manos. BABYLON. La pista de baile está poblada de hombres con miradas de ansiosa búsqueda, que bailan al son de un ritmo repetitivo y unas luces multicolores y frenéticas. Las pocas chicas que hay son camareras con mirada cansada y ocasionales grupitos de amigas que no tardan en marcharse al sentir sus cuerpos acosados, lo cual hace que las manos estén ocupadas en sostener el vaso de whisky con hielo y cada poco tiempo trasladarlo a la boca para dedicarse un trago, mientras escucha presumir a un cuerpo hinchado de anabolizantes como se lo hizo una vez con tres tías. El anuncio resalta a un grupo de amigos con los brazos extendidos como síntoma de fiesta y jolgorio en una noche iluminada por neones. LIVE IT. El whisky desemboca en el interior de la taza del váter entre hedores y un mareo insostenible, que le ha obligado a arrodillarse, a abrazar la parte superior de la taza para acabar apoyando la cabeza sobre ella. La cerámica blanca y barata de la pared da vueltas a una velocidad infernal, lo cual provoca accesos de risa que luchan contra una creciente somnolencia y diseminan pequeñas gotitas de bilis. Se dice a sí mismo con alcohólica convicción que es el mejor, que nunca más se va a dejar pisar, que le importa un carajo lo que piensen los demás, que mañana las cosas cambiarán.